miércoles, 4 de junio de 2008

Veulos en GLobos aerostaticos

VUELOS HISTÓRICOS EN GLOBOS


El feliz éxito de los vuelos con mongolfieras y con globos de hidrógeno, multiplicaron rápidamente el número de ascensiones y de los tripulantes tanto en Francia como en otras naciones. Sin embargo, muy pronto hubo que lamentar las primeras víctimas de la aerostación. La primera de ellas fue Pilatre de Rozier, quien pereció en 1785 junto con su compañero Jules Romain en el rápido incendio del globo que tripulaban en su intento de cruzar por aire el canal de la Mancha. Poco después otros dos franceses, Blanchard y Jeffries, intentaron el mismo viaje y su vuelo se vio coronado por el más completo éxito.


El primer record de altura ascendiendo con un globo de hidrógeno normal lo establecieron en Septiembre de 1862 los metereólogos británicos Coxwell y Glaisher, alcanzando una altura de 8840 metros. El 15 de Abril de 1875, trece años después, Gaston Tissandier y sus dos acompañantes Silvel y Croce-Spinelli, a bordo del globo Zenith llegaron a 8000 metros de altura, pero la falta de oxígeno hizo que éstos dos últimos murieran, llegando con vida a tierra, muy extenuado, Gaston Tissandier. En 1932, el físico suizo Auguste Piccard realizó una ascensión subiendo hasta 16201 metros dentro de una cápsula sellada, para su completa estanqueidad y suspendida debajo de un globo libre, lo que fue el primer vuelo en la estratosfera de un ser humano. El 4 de Mayo de 1961, Malcolm D. Rosson realizó una ascensión estratosférica hasta 34668 metros.


Muchas ascensiones a lo largo de la historia han tenido una finalidad científica o incluso política. Por ejemplo, en 1870 parte del Gobierno francés, sitiado en París por las tropas de Guillermo I de Prusia, pudo burlar el asedio tripulando un globo y llegar a territorio libre. En 1897, el noruego Andrée intentó junto a dos compañeros la travesía del polo Norte, pero la frágil navecilla que sostenía el globo fue arrastrada por los vientos árticos y desapareció, hasta que en el año 1930 se encontraron restos de los expedicionarios y unas placas fotográficas.


Inicialmente el vuelo aerostático del “más ligero que el aire” presentaba algunas deficiencias fundamentales. Entre ellas la imposibilidad o extrema dificultad de guiarlo, lo que hacía permanecer a merced de las corrientes de aire y de los imprevistos golpes de viento. Los globos presentaban grandes lagunas y su empleo era arriesgado, dada por ejemplo la facilidad de incendio, pero ofrecía grandes posibilidades prácticas tanto en el campo militar como en el científico.

Historia de los globos aerostaticos II

Jacques Alexandre César Charles creó poco después que los Montgolfier un globo totalmente diferente inflado con hidrógeno, gas descubierto por Henry Cavendish en 1766, que se obtenía al mezclar ácido sulfúrico con limaduras de hierro y que era muy inflamable, lo que hacía bastante peligroso el artefacto. El 27 de agosto de 1783 en París, el “Globe” de Charles, construido con tela fina y recubierta de goma para impedir que escapase el gas, permaneció en el aire durante 45 minutos, aterrizando a una distancia de 25 kilómetros donde unos aldeanos que creyeron que se trataba de un ingenio del diablo lo destruyeron.


Tras el éxito del 19 de septiembre los hermanos Montgolfier diseñaron una nueva “mongolfiera” para ser tripulada por seres humanos. El 15 de octubre de 1783, el francés Francois Pilatre de Rozier ascendió a 26 metros durante 4 ó 5 minutos. El 21 de noviembre de ese año Rozier y el Marqués d’Arlendes fueron los primeros hombres que llevaron a efecto un largo vuelo libre con un globo elevándose hasta 1000 metros de altura, volando durante 25 minutos y cubriendo una distancia de casi 10 kilómetros.


Jacques Charles, por su parte, perfeccionó sus globos de hidrógeno junto a los hermanos Robert con un método para engomar la tela de seda haciéndola completamente impermeable y permitiendo llevar a bordo seres humanos. Así, el 1 de diciembre de 1783 Charles y uno de los hermanos Robert fueron los primeros hombres que volaron en un globo de hidrógeno desde París en un vuelo de 43.5 kilómetros de distancia en algo más de dos horas, llegando a una altura de 3000 metros. En esta ascensión Charles hizo medidas de la temperatura del aire a diferentes alturas así como las variaciones que sufría la presión barométrica.

Otra historia de los globos aerostaticos

Historia de los globos aerostáticos:

INICIOS DEL GLOBO AEROSTÁTICO


Recientes investigaciones has demostrado que el 8 de agosto de 1709, el sacerdote brasileño Bartolomeu de Gusmao hizo la primera demostración de ascensión aérea en globo de aire caliente no tripulado en la Casa de Indias de Lisboa, ante la corte del Rey Juan V de Portugal. Fue perseguido por la Inquisición por hechicería.


Las primeras ascensiones, universalmente admitidas, fueron llevadas a cabo por los hermanos Montgolfier. Joseph y étienne Montgolfier vivían en Annonay (Francia), donde poseían una fábrica de papel y realizaron los primeros experimentos con globos en 1782 inspirados por la observación de la ascensión del humo de las chimeneas. El 4 de junio de 1783 los Montgolfier llevaron a cabo la primera exhibición pública del hallazgo en su ciudad natal. El globo, no tripulado, fue un saco esférico, hecho de lino y forrado de papel, de 11 metros de diámetro y un peso de unos 226 kilogramos y que alcanzó unos 1830 metros de altura. Los Montgolfier fueron invitados a realizar una demostración ante la corte de Luís XVI en el Palacio de Versalles el 19 de septiembre en la que se ató una cesta al globo en la que había un cordero, un gallo y una oca, los primeros viajeros aéreos, que no sufrieron daño alguno. Estos globos inflados mediante aire caliente, que al enfriarse descendían, comenzaron a tener la denominación de “montgolfiere” o “mongolfiera”.

Historia de los globos aerostaticos

Es de sobra conocido el interés por surcar los cielos que el hombre ha tenido desde la antigüedad, principalmente fue ese y no otro el motivo por el cual se desarrollaron los aerostatos, posteriormente se descubrió el enorme potencial económico y militar de los vuelos, aunque en un principio simplemente se trato de una mera superación personal.

Los globos fueron, en su tiempo, los más significativos inventos de aparatos voladores del ser humano influyendo enormemente en la mentalidad de la humanidad, tanto es así, que fue un tema recurrente en numerosos libros, contándose entre ellos el conocidísimo: “La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne; su importancia radicó en el hecho de la imposibilidad que tenían los hombres para elevarse desde la superficie de La Tierra y trasladarse viajando por el aire. Los aerostatos, que no llevaron acabo un vuelo tripulado hasta finales del siglo XVIII, tienen su funcionamiento basado en el principio de Arquímedes, mediante el cual, aire caliente genera un empuje en el seno del aire.

Los aerostatos fueron los primeros en mostrarse eficientes en el cumplimiento del objetivo de volar, de forma que, el primer vuelo controlado se realizo en globo. Posteriormente y debido casi exclusivamente a la aparición del resto de aeronaves conocidas (aviones y aeronaves de alas giratorias), los aerostatos han quedado relegados mayoritariamente a unas funciones de carácter lúdico, deportivo o científico.

Sería injusto dedicarnos exclusivamente a tratar sobre la historia de los globos, por ello, y aunque está dedicado un amplio apartado a la historia de los globos, mencionaremos los dirigibles que tuvieron su época dorada y contribuyeron generosamente a la historia de la aviación. Por último terminaremos citando la contribución que realizan los aerostatos en la actualidad.

Primer vuelo aerostiatico en México

En México fue José María Alfaro quien consiguió elevarse en un globo aerostático de aire caliente y de cubierta impermeable en 1784.[4] y un año más tarde haría lo propio el militar Antonio María Fernández, en las proximidades de ciudad de Tlaxcala de Xicohténcatl.

La primera constancia del vuelo de un globo aerostático en Venezuela, fue cuando González Torres de Navarra era gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela en la época colonial, el 20 de enero de 1785 se realizó una exhibición para festejar el cumpleaños del monarca, las dimensiones del globo era de 12 varas de diámetro (aproximadamente 10 m) y en la composición del gas se utilizó aceite y papel.[5]

Parece ser que el primer aeronauta de Cuba fue el francés Eugenio Roberston, quien el 19 de marzo de 1828 se elevó en un globo aerostático desde la Plaza de Armas de La Habana[6] y Adolfo Theodore realizó tres ascensiones en 1830. No obstante, el primer lugareño que consiguió un vuelo de estas características fue José Domingo Blineau que realizó una primera ascensión el 3 de mayo de 1831 y una segunda en 1833.[7] El primer vuelo en globo en Perú se realizó en la Plaza de Acho de Lima el 24 de setiembre de 1840 a cargo de José María Flores.[8] A lo largo de todo el siglo XIX se utilizó también con fines bélicos.

Durante la Guerra de la Triple Alianza, un globo aerostático cautivo del ejército brasileño permitió observar a la artillería paraguaya. Esta observación se realizó el 6 de julio de 1866 en la que el ingeniero militar argentino de origen polaco Roberto A. Chodasiewicz se convirtió en el primer militar latinoamericano en elevarse en globo.[9]

Los argentinos Aarón de Anchorena y Jorge Newbery realizaron el 25 de diciembre de 1907 con el legendario globo «Pampero»[10] que el primero había traído desde Francia, el primer vuelo en cruzar el Río de la Plata. El 17 de octubre del año siguiente, el «Pampero» desaparecia en pleno vuelo, posiblemente adentrandose en el mar, sus tripulantes eran Eduardo Newbery, hermano de Jorge, y el sargento Romero.[11] También fue Newbery quien en 1909 pilotó por primera vez el globo aerostático «Huracán», desde Belgrano al Brasil.

Primer vuelo aerostiatico

Un aerostato, montgolfiere o globo aerostático[1] de aire caliente es una aeronave no propulsada que se sirve del principio de los fluidos de Arquímedes para volar, entendiendo el aire como un fluido. Siempre están compuestos por una bolsa que encierra una masa gas más ligero que el aire y de ahí que se conozcan popularmente como globos.
En la parte inferior de esta bolsa puede ir una estructura sólida denominada barquilla o se le puede "atar" cualquier tipo de cuerpo, como por ejemplo un sensor. Como no tienen ningún tipo de propulsor, los aerostatos se "dejan llevar" por las corrientes de aire, aunque sí hay algunos tipos que pueden controlar su elevación.

Los globos fueron, en su tiempo, los más significativos inventos de aparatos voladores del ser humano; su importancia radicó en el hecho de la imposibilidad, que tenían los hombres para elevarse desde la superficie de La Tierra y trasladarse viajando por el aire.

La primera ascensión de una persona la intenta en Aranjuez el francés Charles Bouche el 6 de junio[2] de 1784, pero resultó herido al desplomarse el globo cuando iniciaba el ascenso. Sin embargo fue el italiano Vicente Lunardi quien consigue ser el primero en ascender el 12 de agosto de 1792, el hecho se realizó en los jardines del parque del Buen Retiro de Madrid, volando durante una hora hasta la Villa de Daganzo, cerca de Alcalá de Henares.[3] El mismo Lunardi repite ascensión el 8 de enero de 1793, pero esta vez en la localidad madrileña de Aranjuez. El 15 de diciembre de 1884 se crea el Servicio Militar de Aerostación, a partir de la 4ª Compañía del Batallón de Telégrafos, para el empleo de globos aerostáticos y dirigibles, dedicada al estudio y tareas de observación. En 1896 se creó como unidad independiente la Compañía de Aerostación. La reina regente, María Cristina de Habsburgo-Lorena, en una visita a las maniobras que dicha Compañía efectuaba en la Casa de Campo de Madrid, hizo una ascensión en un globo cautivo el 27 de junio de 1889.